NIHILISTAS: LA ILUSIÓN DE VIVIR SIN ILUSIONES



Fernando Gil Villa (2009), Colec Claves para comprender la Sociología. Maia eds.

El autor sorprende nuevamente con un título e idea interesantes. Es bien conocida la agilidad que tiene Gil Villa entre otros especialistas, para captar el interés del público con temas y títulos

Los trabajos teóricos contribuyen al debate, a perfilar y caracterizar los problemas de la sociedad actual. Una posibilidad de análisis es por ejemplo Marx, otra es Weber, y así muchos más. A mí me gustaría inventar a lo largo de mi carrera, posibilidades de análisis características. Los especialistas forcejean intentándolo y quienes no pueden emular este tipo de análisis -por norma general envidiosos-,se refieren a ellos como "estilo periodístico".
El trabajo de este autor, contribuye en gran medida a ofrecer una posibilidad de análisis en el sentido antes anunciado, más bien teórica y filosófica dentro del campo de estudio de la Sociología de la Educación. Al conocedor de la materia, le agradará detectar los puntos más significativos de la disciplina, reflejados mediante reflexión en este libro. A quien no conoce la materia, le atraerán las observaciones ingeniosas sobre temas candentes que están relacionados con la educación y la sociedad española de hoy.
Señalar dos de entre los temas significativos a los que me refiero, tanto en cuanto a la novedad como en cuanto al interés que causan en la opinión pública serían de un lado: el distanciamiento respecto a la autoridad del pater-familias que Gil Villa atribuye a la ruptura actual en el paso de una generación a otra.
De otro lado, vigencia de la mentalidad individualista- egoísta –verdadero eje vertebrador de la obra-, que  habitualmente se atribuye a la verdadera ruptura en el cambio entre generaciones.
En cuanto a la magnificación de la figura del vampiro y su éxito entre la juventud de hoy, comparada por el autor como rasgo del nihilismo, sugerir otro punto de vista: podría ser comprendida como una sacralización del vampirismo o bien como una demonización de la vida cotidiana, que no encuentra eco ya en el sentido religioso.Pues desde mi punto de vista la religión no es ya el opio del pueblo y habría que discutir lo del nihilismo. 

Gil Villa nos recuerda, un estilo que ha tenido mucho éxito de lectura en España y poca fortuna al ser encarnado como autor: el de Baudrillard, Bataille, Bauman...

De momento, yo me quedo con su lectura: a mí como especialista y amiga (que mi modestia no impida decir que soy ambas cosas), me sirve para utilizar, estirar y debatir sus textos.
¡Hola!
Estás entrando en el laberinto ...